Ahorre en la sustitución de baterías, aumentando su vida útil.
Una batería de tracción es un acumulador de energía que impulsa el distinto movimiento que realizan apiladores, carretillas, etc.
Al igual que ocurre en las baterías de arranque y en cualquier batería de plomo-acido, se forman gruesos cristales de sulfato, en este caso de mayor tamaño. Este proceso reduce la capacidad de la batería drásticamente.
En este tipo de baterías debemos conseguir que tengan la mayor capacidad posible para que trabajen el mayor número de horas. Prolongar este objetivo reconvirtiendo esos gruesos cristales de sulfato en su materia activa original, evitando que sigan creciendo y puedan crear cortocircuitos internos o rotura de placas, aumentando así los años de vida del corazón de la máquina que es la batería.